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Cómo transformar el karma negativo con los 4 Poderes Correctivos

Una guía práctica del budismo sobre cómo sanar nuestras acciones pasadas y vivir con más claridad y libertad interior

¿Alguna vez te has sentido aplastado por un error que no puedes deshacer? ¿Esa conversación donde dijiste palabras hirientes, esa mentira que protegió tu ego, pero lastimó a otro… o esa acción impulsiva de la que te arrepientes profundamente? Si eres humano, la respuesta es sí.

Lo que muchos no saben es que el budismo ofrece uno de los métodos más poderosos y prácticos para transformar estos momentos de dolor en oportunidades de crecimiento genuino. No se trata de borrar mágicamente el pasado ni de castigarnos eternamente, sino de algo mucho más profundo: la purificación del corazón a través de la confesión consciente.

Si te has cansado de cargar con el peso de errores pasados, si buscas una forma constructiva de procesar la culpa o simplemente quieres entender cómo las antiguas enseñanzas budistas pueden ofrecer soluciones modernas a problemas universales, este artículo te proporcionará herramientas reales para la transformación.

La confesión budista no te convierte en mejor persona; revela la bondad que ya existe en ti. Comencemos este viaje hacia la liberación del corazón.

Contenidos

  1. El peso de los errores: cómo empezar a sanar
    1. La experiencia universal de arrepentirse
    2. Karma negativo: la consecuencia natural, no un castigo divino
    3. La urgencia de actuar: afrontando la impermanencia
    4. De la condena a la sanación
  2. Culpa o remordimiento: ¿qué nos ayuda realmente a cambiar?
    1. Culpa: el camino hacia la parálisis
    2. Arrepentimiento: el camino hacia el cambio
    3. El poder sanador del reconocimiento sincero
  3. El perdón en el budismo: asumir el karma sin condenarse
    1. El perdón budista: una comprensión diferente
    2. Karma: consecuencias naturales, no castigos
    3. La reconciliación interior
  4. ¿Cómo se purifican las acciones negativas según el budismo?
    1. Los Cuatro Poderes Correctivos y sus dieciséis aspectos
  5. Más allá del error: cultivar una relación contigo mismo (y con los demás)
    1. Los 3 beneficios de la confesión budista
    2. Paciencia y compasión en el proceso de cambio
  6. Más allá del error: cultivar una relación contigo mismo (y con los demás)
    1. ¿Qué es la bodhichitta? La mente de amor universal
    2. De la preocupación personal al amor altruista
    3. Confesión compasiva: cuando el arrepentimiento sana el mundo
  7. Una práctica budista sencilla para purificar el corazón

1. El peso de los errores: cómo empezar a sanar

a. La experiencia universal de arrepentirse

Imagina por un momento esa sensación que conocemos todos: la opresión en el pecho después de haber lastimado a alguien con nuestras palabras o la inquietud que persiste tras haber actuado movidos por la ira o el egoísmo.

Quizás recordemos esa ocasión en que mentimos para protegernos o cuando nuestros celos nos llevaron a dañar una relación. Ni estas situaciones ni el arrepentimiento que sentimos son excepciones en la experiencia humana, sino parte inevitable de nuestro camino de aprendizaje.

b. Karma negativo: la consecuencia natural, no un castigo divino

El reconocimiento de las acciones negativas es el primer paso hacia la transformación. El budismo enseña que todas nuestras acciones intencionadas dejan huellas en nuestro continuo mental. Estas son lo que se conoce como karma. Y, aunque existen tres tipos de karma —positivo, neutral y negativo—, aquí nos enfocamos en las acciones que generan karma negativo: aquellas que causan sufrimiento a nosotros mismos y/o a los demás.

Estas huellas no son castigos divinos, sino las consecuencias naturales de nuestras elecciones destructivas. La buena noticia es que el karma no es un destino fijo. Si podemos crear las causas del sufrimiento, también podemos crear las causas de la liberación. Este es el gran descubrimiento del Buddha: tenemos en nuestras manos el potencial del cambio.

c. La urgencia de actuar: afrontando la impermanencia

Sin embargo, existe una urgencia en este proceso de sanación. Shantideva la expresa con claridad:

Puede que la muerte se presente ante mí
antes que todo este mal haya sido purificado;
por eso os pido que con celeridad me protejáis
para que me libere con certeza.

Bodhisatvacharyavatara, Capítulo 2, Estrofa 32

La reflexión es directa: la vida es impermanente y la muerte inevitable, pero no sabemos cuándo llegará. No es una contemplación morbosa, sino una invitación a despertar del letargo espiritual. Vivimos como si tuviéramos garantizada una existencia infinita, pero la realidad es que cada momento es una oportunidad preciosa para transformar nuestras tendencias negativas.

d. De la condena a la sanación

En lugar de juzgarnos, el budismo nos invita a sanar. No se trata de condenarnos por nuestros errores pasados, sino de reconocerlos con la valentía de quien está dispuesto a cambiar. Este reconocimiento, lejos de hundirnos en la desesperanza, se convierte en la puerta de entrada hacia una vida más plena y compasiva.

2. Culpa o remordimiento: ¿qué nos ayuda realmente a cambiar?

Una distinción fundamental en el camino de la purificación es comprender la diferencia entre la culpa y el remordimiento constructivo. Aunque ambos surgen tras reconocer nuestros errores, sus efectos en nuestra mente y en nuestro potencial de transformación son radicalmente diferentes.

a. Culpa: el camino hacia la parálisis

La culpa es tóxica o autodestructiva y se centra en el ego. Cuando experimentamos culpa, miramos hacia el pasado, identificamos las fallas cometidas y concluimos: “Soy una mala persona”. 

Este patrón mental nos atrapa en una identidad fija y negativa, creando una parálisis que nos impide actuar en favor de nuestro crecimiento espiritual. La culpa se alimenta del mismo ego que originalmente causó el daño, perpetuando el ciclo de sufrimiento.

b. Arrepentimiento: el camino hacia el cambio

El arrepentimiento, por el contrario, es lúcido, compasivo y orientado al cambio. Cuando experimentamos un arrepentimiento saludable, reconocemos el error, pero también los factores que contribuyeron a él: la ignorancia, las emociones aflictivas, las circunstancias… En lugar de condenarnos, nos preguntamos: “¿Qué puedo hacer para mejorar esta situación?”

Su Santidad el Dalái Lama explica esta diferencia con claridad: mientras la culpa nos identifica con los errores cometidos, el arrepentimiento reconoce que estos surgieron de causas y condiciones específicas que pueden transformarse.

Esta perspectiva está alineada con la enseñanza budista fundamental de la impermanencia: todo lo que surge de causas y condiciones está sujeto al cambio.

c. El poder sanador del reconocimiento sincero

En la tradición budista, el arrepentimiento es considerado una medicina espiritual poderosa. No es un autoflagelo mental, sino un reconocimiento sincero del daño causado acompañado con el genuino deseo de cambiar.

Como una flor que se inclina bajo el peso de la lluvia, pero luego se endereza hacia el sol, el arrepentimiento nos permite inclinarnos ante la realidad de nuestras faltas para dirigirnos después hacia la luz de la transformación.

Shantideva expresa este arrepentimiento constructivo cuando escribe:

En ésta y en mis otras vidas,
desde tiempos sin principio en el samsara,
sin saberlo he cometido acciones dañinas
y he incitado a otros hacerlas también.

Y me he alegrado de que se hicieran,
engañado y presionado por la ignorancia.
Pero ahora puedo ver esos errores
y a vosotros protectores sinceramente los confieso.

Bodhisatvacharyavatara, Capítulo 2, Estrofas 28-29

No hay en estas palabras el veneno de la autocondenación, sino la medicina de la honestidad compasiva.

3. El perdón en el budismo: asumir el karma sin condenarse

a. El perdón budista: una comprensión diferente

El concepto de “perdón” en el budismo difiere significativamente de otras tradiciones espirituales. Aquí no encontramos un perdón que “borre” mágicamente las consecuencias de nuestras acciones, sino una comprensión profunda que nos libera del sufrimiento adicional que creamos al resistirnos a la realidad del karma.

El perdón budista nace del entendimiento de la impermanencia y la interdependencia. Cuando realmente comprendemos que todos los seres, incluyéndonos a nosotros mismos, actuamos desde la ignorancia y las emociones aflictivas, surge naturalmente una compasión que disuelve el resentimiento. Perdonamos no porque aprobamos las acciones, perdonamos porque vemos las causas que las originaron.

b. Karma: consecuencias naturales, no castigos

El karma representa la consecuencia natural de causas y condiciones, no un “castigo”. Desde esta perspectiva, el perdón hacia uno mismo no niega la responsabilidad ética, por el contrario, la transforma en compromiso. Reconocemos que fuimos nosotros quienes creamos las causas del sufrimiento y, por lo tanto, somos nosotros quienes podemos crear las causas de la liberación.

En el texto de Shantideva, aunque el término “perdón” no aparece explícitamente, encontramos su esencia en la fuerza de la enmienda: la resolución firme de no repetir las acciones dañinas.

A vosotros, guías del mundo os pido
que aceptéis a este pecador.
Todas esas acciones, puesto que son dañinas,
prometo que desde ahora no las haré nunca de nuevo.

Bodhisatvacharyavatara, Capítulo 2, Estrofa 65

Esto surge del amor genuino hacia nosotros mismos y hacia todos los seres que podrían verse afectados por nuestras acciones futuras, no por miedo al castigo.

La purificación no elimina instantáneamente el karma, pero debilita sus semillas y evita su maduración. Es como un jardinero que, habiendo plantado semillas de plantas venenosas, ahora trabaja diligentemente para debilitar esas semillas mientras planta flores beneficiosas. El resultado no es la eliminación completa del pasado, sino la creación de condiciones favorables para un futuro más luminoso.

c. La reconciliación interior

La decisión de no repetir errores se convierte así en una forma profunda de reconciliación interior. No necesitamos la aprobación externa para sanar; la transformación auténtica surge de nuestro propio compromiso con la virtud y la compasión.

4. ¿Cómo se purifican las acciones negativas según el budismo?

a. Los Cuatro Poderes Correctivos y sus dieciséis aspectos

El budismo tibetano ofrece un método preciso y poderoso para la purificación a través de Los Cuatro Poderes Correctivos. Estos son:

  • El poder de la dependencia o del altar
  • El poder del arrepentimiento o de la renuncia
  • El poder de la resolución o de la aplicación de antídotos
  • El poder de la restauración o del regocijo

Este proceso, lejos de ser un ritual vacío, constituye una medicina espiritual que restaura la dignidad y el sentido de propósito en nuestras vidas. Se aplica cuando hemos identificado una acción específica que deseamos purificar, y puede repetirse tantas veces como sea necesario hasta sentir una genuina transformación.

Cada poder se desarrolla a través de cuatro aspectos fundamentales, con un total de 16 elementos. El primer poder enfatiza forma (visualización), devoción (apoyo espiritual), resultado (experiencia transformadora) y bendiciones. Los poderes segundo, tercero y cuarto siguen el patrón de deseo (intención específica), devoción, resultado y compromiso (mantenimiento del cambio).

1) El poder de la dependencia o del altar

El primer poder reconoce que la purificación más profunda surge de la transparencia total y de reconocer que dependemos de algo más grande que nosotros mismos. En el budismo esto significa invocar la presencia de seres que han trascendido completamente el sufrimiento.

i. Forma – Creamos el espacio sagrado

Visualizamos con claridad a los buddhas, bodhisattvas y maestros frente a nosotros. Sus formas son etéreas, pero nítidas; translúcidas, pero completamente vívidas y reales. No son figuras sólidas, sino cuerpos de luz que representan sabiduría y compasión perfectas.

Si podemos, incluimos también en nuestra visualización a todos los seres que han sido afectados por nuestras acciones, especialmente aquellos a quienes hemos lastimado. Toda acción negativa es, en cierto sentido, una deuda con el universo, por lo que invitamos a que todos sean testigos de nuestro proceso de purificación.

ii. Devoción – Pedimos apoyo genuino

Desarrollamos devoción sincera hacia estos seres despiertos. No es dependencia ciega, sino reconocimiento sabio de que necesitamos guía para sanar la “enfermedad” de la ignorancia y las emociones aflictivas.

Les pedimos ayuda, les rogamos que vengan en nuestro auxilio para superar este karma negativo. El trabajo lo debemos hacer nosotros, pero apreciamos profundamente su apoyo y bendiciones.

iii. Resultado – Contemplamos la perfección

Contemplamos a los buddhas y bodhisattvas en su estado perfecto, donde no existe la más mínima mancha o defecto. Representan el estado último de la realidad, el potencial de despertar que también existe en nosotros. Esta visión nos inspira y nos recuerda nuestra propia capacidad de transformación.

iv. Bendiciones – Absorbemos la luz transformadora

Sentimos sus bendiciones en forma de rayos de luz que se dirigen hacia nosotros, penetrando nuestro cuerpo, palabra y mente. Esta luz nos inspira, nos fortalece y nos prepara para el proceso de purificación que seguirá. Permitimos que esta energía compasiva llene todo nuestro ser.

2) El poder del arrepentimiento o de la renuncia

El segundo poder nos invita a afrontar nuestros errores con valentía, pero también con sabiduría. El objetivo no es la autocondenación, sino el autoperdón a través de la comprensión profunda de cómo las emociones pueden “secuestrarnos” y hacernos perder el rumbo.

i. Deseo – Reconocemos la necesidad de liberación

Identificamos una acción específica que nos causa remordimiento y formulamos claramente nuestra intención: “Deseamos liberarnos de este karma negativo”. Admitir esto honestamente es el primer paso hacia la sanación. Aceptamos que hemos cometido algo dañino y proclamamos nuestro deseo genuino de liberarnos de ello.

ii. Devoción – Pedimos ayuda para la purificación

Desarrollamos devoción hacia los buddhas y bodhisattvas para que nos ayuden a eliminar el karma negativo. Solicitamos su apoyo en este proceso delicado donde debemos hacernos responsables sin caer en la culpabilidad destructiva. No estamos solos en este proceso de sanación.

iii. Resultado – La técnica del observador consciente

Regresamos mentalmente al momento donde cometimos el error. Primero, nos imaginamos como observadores externos —como un pajarito volando sobre la escena— para mantener cierta distancia emocional. Observamos lo que ocurrió, las palabras dichas, las acciones realizadas y cómo afectaron a otros.

Luego, gradualmente “descendemos” a nuestro propio punto de vista, en primera persona. Sentimos lo que experimentamos en aquel momento: la ira, el miedo, la confusión, pero ahora con mayor claridad y atención plena. Esta técnica nos permite procesar el evento sin trauma adicional.

Desde este nuevo enfoque, surge un “rechazo sano” hacia esa conducta destructiva. Condenamos la acción, pero comprendemos al actor. Reconocemos cómo las emociones nos manipularon, cómo perdimos el rumbo. Esta claridad sobre el caos que nos rodea y de todos los factores que influyen en nosotros genera autoperdón auténtico.

iv. Compromiso – Resolución firme desde la comprensión

Nos comprometemos sinceramente: “Nunca más haré algo semejante. Pase lo que pase, no me rebajaré a actuar de manera tan destructiva”. Este compromiso no surge del miedo al castigo, sino del amor hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Una vez completado este proceso, deberíamos sentir que el karma negativo se ha neutralizado, que hemos concluido genuinamente con esa energía destructiva. Comprendemos que hay poca maldad en el mundo, pero mucha ignorancia y caos.

3) El poder de la resolución o de la aplicación de antídotos

El tercer poder nos lleva más allá del arrepentimiento hacia la acción constructiva. No basta con eliminar lo negativo; debemos plantar conscientemente semillas beneficiosas que contrarresten los patrones destructivos del pasado.

i. Deseo – Generamos intención de crear karma positivo

Desarrollamos el deseo sincero de iniciar un karma positivo específico. Si hemos robado, deseamos ser generosos; si hemos mentido, anhelamos ser honestos; si hemos actuado con malicia, queremos cultivar amor bondadoso. Este deseo debe ser concreto y dirigido, no vago o generalizado.

ii. Devoción – Pedimos inspiración para desarrollar virtud

Solicitamos a los buddhas y bodhisattvas que nos inspiren para desarrollar el karma positivo específico que necesitamos. Les pedimos guía para establecer nuevos patrones mentales y de comportamiento que sustituyan las tendencias destructivas que queremos superar.

iii. Compromiso – Nos dedicamos específicamente al bien

Nos comprometemos personalmente y de manera concreta: “De ahora en adelante, siempre haré el bien…”. Pero vamos más allá de la declaración general y contextualizamos este compromiso.

Por ejemplo, si hemos robado, nos comprometemos a ser generosos con los demás. “… Siempre que pueda, voy a compartir lo que tengo”. O, si hemos hecho daño con palabras hirientes, nos comprometemos a hablar con amabilidad y a elevar la autoestima de otros.

Este no es un antídoto externo impuesto, sino una medicina precisa que transforma gradualmente nuestras tendencias mentales.

iv. Resultado – Sentimos la instalación del karma positivo

Experimentamos la sensación de que hemos instalado ese karma positivo en nosotros mismos. Sentimos que, de ahora en adelante, operaremos desde esa virtud específica. Es como si hubiéramos plantado una semilla poderosa que crecerá y dará frutos beneficiosos.

Esta sensación de resultado nos da confianza en nuestra capacidad de cambio y nos inspira a mantener estos nuevos patrones de pensamiento y de acción en nuestra vida diaria.

4) El poder de la restauración o del regocijo

El cuarto poder es el cierre esencial del proceso de autoperdón. Representa la culminación de nuestro trabajo de purificación y nos permite completar genuinamente la fase de duelo por nuestros errores pasados, sintiendo que hemos hecho todo lo posible para transformarnos.

i. Deseo – Anhelamos estar completamente purificados

Desarrollamos el deseo profundo de estar completamente libres de este evento en nuestra vida, habiendo cerrado el ciclo y alcanzado purificación total. Queremos sentir que hemos lidiado completamente con esta situación y que ha concluido definitivamente.

ii. Devoción – Invocamos purificación desde los buddhas

Invocamos a los buddhas y bodhisattvas para que nos envíen rayos de luz purificadora. Les pedimos que nos ayuden a eliminar el más mínimo residuo negativo que pueda quedar en nuestro continuo mental. Sentimos que esa luz nos penetra, purificando completamente nuestro cuerpo y mente hasta alcanzar un estado cristalino y transparente.

iii. Resultado – Experimentamos la purificación completa

Nuestro cuerpo se ilumina, se hace transparente, como una estatua de cristal. Experimentamos cómo toda negatividad se disuelve y somos completamente purificados. Aceptamos plenamente estas bendiciones dentro de nosotros, sintiendo una ligereza y claridad que antes no teníamos.

Nos sentimos restaurados. Hemos aceptado nuestras acciones negativas, nos hemos arrepentido sinceramente y nos hemos comprometido a hacer el bien. No hay nada más que hacer. Tenemos la certeza de haber agotado todos los recursos disponibles para poder perdonarnos.

iv. Compromiso – Nos alegramos y mantenemos la pureza

Nos alegramos profundamente por esta transformación. Es un regocijo auténtico: hemos completado el proceso, se ha sanado esta herida y se ha cerrado este capítulo. Quedamos inmaculados, listos para empezar de nuevo.

Nos comprometemos firmemente a mantener este nivel de pureza en el futuro, a nunca desviarnos ni contaminar esta claridad alcanzada. Este compromiso surge desde la alegría de la transformación, no desde el miedo a recaer.

5. Más allá del error: cultivar una relación contigo mismo (y con los demás)

La práctica de la confesión budista nos conduce hacia una transformación que va mucho más allá de la simple corrección de los errores cometidos. A continuación exploramos los tres beneficios principales que surgen cuando aplicamos conscientemente este método de purificación interior, beneficios que nos invitan a cultivar una relación completamente nueva con nosotros mismos, basada en la compasión y el reconocimiento de nuestro potencial ilimitado de crecimiento.

a. Los 3 beneficios de la confesión budista

1) La liberación de energía mental

La confesión sincera libera energía mental para el presente. Cuando dejamos atrás el peso de las equivocaciones anteriores nuestra mente se vuelve más ligera y disponible para la acción significativa. Es como limpiar un espejo empañado: de repente, podemos ver con claridad y actuar con precisión.

Las enseñanzas sobre la impermanencia y la muerte nos recuerdan que aferrarse al pasado es inútil, y nos distrae de lo único que realmente podemos cambiar: el momento presente. Como expresa Shantideva, la reflexión sobre la inevitabilidad de la muerte da urgencia a nuestra purificación.

2) Integridad personal: coherencia entre valores y acciones

El poder de la integridad transforma nuestra existencia diaria. Cuando nuestras acciones están alineadas con nuestros valores más profundos experimentamos una coherencia interna que se traduce en paz mental y claridad de propósito. Vivir con integridad significa que ya no necesitamos mantener múltiples versiones de nosotros mismos; podemos ser auténticos en todas las circunstancias.

3) Transformación de las relaciones interpersonales

Esta transformación personal se refleja naturalmente en nuestras relaciones. Las mejoras en nuestro mundo interior crean mejoras en nuestro mundo relacional. Cuando ya no estamos luchando internamente con la culpa y el remordimiento, tenemos más espacio para la empatía genuina. Cuando hemos aprendido a perdonarnos a nosotros mismos, podemos ofrecer perdón auténtico a otros.

La confianza que desarrollamos en nuestro propio potencial de cambio nos permite ver el mismo potencial en los demás. Ya no necesitamos que otros sean perfectos para relacionarnos con ellos a través del amor porque hemos aprendido que la perfección no es el prerrequisito para la dignidad y el crecimiento.

b. Paciencia y compasión en el proceso de cambio

En una ocasión escuché a Su Santidad el Sakya Trizin 42 mencionar que la dificultad no radica en confesar, sino en no volver a cometer la falta.

Esta observación nos recuerda la importancia de tratarnos con paciencia y compasión en el proceso de transformación. El cambio auténtico requiere tiempo, y cultivar una nueva relación con nosotros mismos implica aprender a aceptar esa dificultad con ternura y un toque de humor.

6. Confesar desde la bodhichitta

No hay nada que se resista a bodhichitta; no hay ningún problema, ningún oscurecimiento… que no pueda purificar

—Venerable Khenpo Rinchen Gyaltsen, del curso: El Camino del Bodhisattva

Existe una dimensión aún más profunda en la práctica de la confesión: cuando surge desde la bodhichitta, la mente de la iluminación altruista. En este nivel, el arrepentimiento trasciende la preocupación personal y se convierte en una expresión de amor universal.

a. ¿Qué es la bodhichitta? La mente de amor universal

La bodhichitta es el deseo sincero de alcanzar la iluminación para beneficiar a todos los seres. Y se compone de dos aspectos inseparables:

  • La aspiración: el deseo de alcanzar la budeidad por el bien de todos
  • La aplicación: el compromiso de seguir el camino que conduce a ese logro

Cuando confesamos desde este espacio, nuestro arrepentimiento está motivado no solo por nuestro propio bienestar, sino por el reconocimiento de que nuestras acciones negativas han contribuido al sufrimiento del mundo.

En la secuencia del Bodhisatvacharyavatara, la confesión (Capítulo 2) prepara el terreno para la generación de bodhichitta (Capítulo 3). Las ofrendas y la purificación acumulan el mérito necesario para que pueda florecer esta mente altruista suprema.

b. De la preocupación personal al amor altruista

El arrepentimiento motivado por compasión se vuelve liberador. Ya no confesamos desde la preocupación egocéntrica por nuestro propio bienestar futuro, sino desde el genuino dolor de haber contribuido al sufrimiento de otros seres. Este cambio de motivación transforma completamente la calidad de nuestra práctica.

Como explica el comentario tradicional, ‘la purificación tiene un doble propósito: nuestro propio beneficio y el cese del sufrimiento que causamos a otros’. Esta perspectiva amplía nuestro corazón y nos conecta con una fuente de energía mucho más poderosa que el simple deseo personal de mejoramiento.

c. Confesión compasiva: cuando el arrepentimiento sana el mundo

Confesar desde la bodhichitta es un acto de amor, no de un rechazo a nosotros mismos. Cuando reconocemos nuestros errores desde este espacio expandido, lo hacemos con la misma ternura con la que una madre cuida las heridas de su hijo. En ese proceso hay una compasión infinita que abraza tanto nuestro sufrimiento como nuestro potencial.

Shantideva expresa esta entrega total cuando dice:

A los victoriosos y a sus herederos
me ofrezco ahora y en mis vidas futuras.
Seres supremos, aceptadme por completo;
con devoción, estaré a vuestro servicio.

Si me aceptáis, para el beneficio de los seres,
trabajaré sin miedo a la existencia,
superaré mis actos negativos del pasado
y nunca más volveré a cometerlos.

Bodhisatvacharyavatara, Capítulo 2, Estrofas 8 y 9

Esta no es una renuncia de nuestra individualidad. Es su florecimiento más pleno al servicio del amor universal.

7. Una práctica budista sencilla para purificar el corazón

La aplicación de los Cuatro Poderes Correctivos es un método accesible que podemos integrar en nuestra vida diaria. No requiere lugar especial ni ocasión particular; es una herramienta portátil para la transformación del corazón.

Esta práctica está disponible para todos. Ya sea que la realicemos durante cinco minutos antes de dormir o la integremos en una sesión de meditación más larga, su poder radica en la sinceridad con que la aplicamos.

Cada vez que purificamos nuestro corazón, creamos ondas de beneficio que se extienden mucho más allá de nosotros mismos, contribuyendo a la sanación del mundo.

A partir de ahora me comprometo a cambiar patrones no virtuosos y estériles,
así como el curso de mis acciones.
Generaré, tanto como sea posible, un nuevo comportamiento virtuoso
e incrementaré las acciones virtuosas en las que ya me involucro.
Al mismo tiempo, abandonaré aquellas acciones no virtuosas
con las que me he involucrado en el pasado,
y evitaré que surjan otras negativas.
Que las Tres Joyas Preciosas me guíen para que así sea.

—Khenpo Jamyang Tenzin, El Nido del Meditador, Volumen 2, p. 48


Recursos de interés

¿Quieres dar un paso más en la práctica de los Cuatro Poderes Correctivos?

Aquí te dejamos algunas recomendaciones que pueden inspirarte:

Vídeos breves con el Venerable Khenpo Rinchen Gyaltsen:

Curso recomendado:

Si quieres ir más a fondo, te invitamos a EMI 2: Bondad y Altruismo, especialmente la lección 2, “El amor empieza en casa”, donde se explora a fondo esta práctica transformadora.

Da el paso hoy mismo: libera la culpa, abraza el autoperdón y abre espacio para más felicidad en tu vida.


Bibliografía

Jamyang Tenzin, Khenpo. 2018. El Nido del Meditador. Volumen 2. Traducción: Grupo de Traducción Paramita. Alicante, España

Kunsang Pelden. 2007. La ambrosía de las palabras de Mañyusri. Un comentario del Bodicharyavatara de Shantideva. Traducción: Grupo de Traducción Padmakara. Alicante: Ediciones Dharma. 

Shantideva. 2008. La práctica del bodisatva: una traducción del Bodhisatvacharyavatara. Traducción: Grupo de Traducción Padmakara. Alicante: Ediciones Dharma.

Venerable Khenpo Rinchen Gyaltsen. “Lección 10: Karma Negativo, Positivo y Neutral”. Las Tres Visiones. Instituto Paramita.

Venerable Robina Courtin. “Regret or guilt? Robina’s Blog. Recuperado el 6 de septiembre de 2025.


 

Imagen de Ruthmaris Nieves

Ruthmaris Nieves

Terapeuta Ocupacional, Gerontóloga y Administradora de Servicios de Salud. Trabaja en el mejoramiento de los servicios de rehabilitación física, la promoción de estilos de vida saludable y la prevención de lesiones. Tutora en Paramita y practicante en formación del desarrollo espiritual.

7 respuestas

  1. Muchas gracias Ruthmaris, tu artículo me inspira y me anima a liberarme de las consecuencias de mis acciones negativas; confiar que estoy en el camino para purificar tanto daño que en mi ignorancia he causado a lo largo de mi historia de vida. Gracias, Gracias, Gracias.

  2. Muchísimas gracias Ruthmaris, totalmente inspirador. Gracias infinitas

  3. Que gran tesoro del budismo y, cuanto ayuda a reparar el corazón y la mente.
    ¡Que ¨ Las Tres Joyas Preciosas¨ me guíen para que así sea🙏

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