En 1979, y a petición de su hermano, Su Eminencia empezó a impartir enseñanzas. Durante las siguientes tres décadas viajó por Norteamérica, Europa, Asia y Australia transmitiendo las enseñanzas Sakya fundando centros de Dharma.
Hoy, Su Eminencia es reverenciada por todos, tanto maestros como estudiantes. Su calidez, diligencia y realización la convierten en un inagotable tesoro espiritual, mientras que su vida ejemplifica cómo integrar la práctica espiritual en la vida cotidiana.
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